Radiación solar
La radiación solar es el conjunto de radiaciones electromagnéticas que emite el sol y que se reciben en una superficie y tiempo determinados. Existen tres tipos de radiaciones solares, los rayos infrarrojos que son los que proporcionan calor (IR), los rayos visibles que proporcionan luz (VI) y los rayos ultravioletas (UV) que tienen tanto beneficios como inconvenientes para los seres humanos.
Los rayos ultravioletas nos proporcionan múltiples beneficios a nuestra salud como regular la producción de melatonina, hormona que ayuda a definir los ciclos de sueño, y también sirve en la producción de vitamina D, necesaria para absorber el calcio. Sin embargo, la exposición continua a estos rayos también puede generar afectaciones en nuestro organismo, pues puede causar quemaduras, envejecimiento prematuro, manchas y pérdidas de elasticidad en la piel, aumento en la probabilidad de sufrir de cataratas en los ojos, e incluso puede dañar directamente el ADN de las células de la piel, generando cáncer.
Estos son los beneficios del uso de protector solar
Los tópicos que se conocen como protectores solares, evitan o disminuyen los efectos causados por la radiación solar dado que absorben, dispersan o reflejan la radiación solar. Se recomienda que toda persona utilice protector solar a partir de los seis años de edad, tanto para uso exterior como en interiores, dado que los seres humanos podemos recibir y ser afectados por la irradiación solar difusa, que se refiere a la modificación en la dirección de los rayos por las nubes o por objetos como cristales de vidrio, por lo que aún en un día nublado o en una oficina, podemos ser afectados por la radiación solar.
La aplicación de los protectores solares se recomienda en las zonas que están constantemente expuestas al sol como la cara, los brazos y las manos, pues su uso reduce el riesgo de padecer cáncer de piel, retrasa el envejecimiento de la piel y evita las quemaduras solares.
Elegir el mejor protector solar para tu piel
Todos los protectores solares tienen un factor de protección (SPF), el cuál es la medida de eficacia de protección del producto, entre más alto sea este factor, mayor será la protección a los rayos UV-B, el cual es uno de los tipos de radiación ultravioleta más común en la superficie, el cual genera daños y aumenta el riesgo de cáncer de piel. No obstante, existen también los rayos UV-A que producen arrugas, manchas y falta de elasticidad en la piel, por lo que es preferible elegir un protector solar de amplio espectro que proteja la piel de ambos rayos.
Existen protectores solares físicos y químicos, los primeros tienen una consistencia espesa, su efecto es inmediato y tienen compuestos naturales, sin embargo, estéticamente pueden dejar la piel grasosa y blanca, por lo que no se recomienda para pieles grasas. Los protectores químicos en cambio, tienen una textura ligera y no dejan ningún rastro en la piel, aunque el tiempo para su correcta absorción es de aproximadamente 30 minutos y pueden generar irritación o alergias en pieles sensibles. Finalmente ten en cuenta que el protector solar contenga ingredientes que protejan la hidratación de tu piel.
¿Ya usaste el Protector Solar de Carolina Barón?